¿En manos de quiénes estamos?
Entre otras graves, gravísimas preocupaciones del momento, todos, quien más o quien menos, estamos muy sensibilizados con el tema de la educación y los múltiples cambios en los planes de estudio que han tenido lugar (sin haber acertado nunca) desde que estudiamos los de mi generación.
Con las nuevas reformas del ministro de turno no parece que se vaya a avanzar mucho, sino todo lo contrario y es un tema que afecta directamente a los jóvenes y niños que nos rodean.
"Si hay una materia con la que los políticos no deberían jugar es la
educación. No por repetido es menos cierto que de ella depende el futuro
de un país. La reforma anunciada por el ministro José Ignacio Wert no
contiene elementos que permitan albergar la esperanza de una mejora
sustancial de la calidad de la enseñanza, y sí en cambio el germen de
una conflictividad innecesaria cuya única motivación es la defensa de
intereses partidistas.
(....)
Igualmente graves son las concesiones religiosas. La reforma conlleva
una regresión ideológica destinada a satisfacer una de las demandas más
vehementes de la cúpula eclesial: que desaparezca la asignatura de
Educación para la Ciudadanía y que la materia de Religión, ahora
optativa, tenga una alternativa evaluable. En el sistema ahora vigente
se entiende que las materias impartidas en Educación para la Ciudadanía
conciernen por igual a todos los alumnos, independientemente de su
opción religiosa. El nuevo sistema —regreso a un oscuro pasado— no solo
concede a una confesión determinada el privilegio de ofrecer formación
moral y cívica bajo su particular prisma ideológico, sino que obliga a
optar entre Religión y una nueva materia evaluable sobre valores
culturales y éticos, que ya solo recibirá una parte del alumnado."
Párrafos extraídos del editorial Incendios educativos de El País de hoy.
Si la sanidad sigue funcionando en un futuro ¿nos podrían vacunar contra las mayorías absolutas?
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