Iconos españoles?
"Si las revistas del corazón sacan a Vargas Llosa y los suplementos culturales de la prensa promocionan a los autores de los best-sellers más tirados, ¿por qué tendría que privarme yo, que tengo un lado gilipollas, de hablar de Belén Esteban e Isabel Preysler en estas páginas veraniegas de EL PAÍS?
—Porque los lectores escribirán enfurecidos al Defensor del Lector—me dice el redactor jefe— y tendremos un lío.
—¿Incluso si me refiero a ellas con la jerga con la que un crítico hablaría de esa puta mierda titulada Cincuenta sombras de Grey?
—¿Acaso hemos sacado esa basura en el periódico? —pregunta, perplejo, el redactor jefe.
—Acaso —digo yo—, y más de una vez.
—Aun así —dice él—. Lo de los libros no lo lee nadie, pero esta sección tuya tiene mucho éxito.
—¿Entonces? —pregunto.
—Olvídate de la Esteban y la Preysler, busca otra pareja —concluye en tono autoritario.
Cuelgo el teléfono, me meto distraídamente el dedo índice de la mano izquierda en la nariz mientras tecleo en Google “Belén Esteban” con el de la derecha y resulta que sale en la Wikipedia
—¿Incluso si me refiero a ellas con la jerga con la que un crítico hablaría de esa puta mierda titulada Cincuenta sombras de Grey?
—¿Acaso hemos sacado esa basura en el periódico? —pregunta, perplejo, el redactor jefe.
—Acaso —digo yo—, y más de una vez.
Las jerarquías se han ido al carajo, no hay
diferencias entre el gran arte y el arte popular. todo vale, amigos.
Vean, si no, a quién tenemos de ministro de Cultura
—¿Entonces? —pregunto.
—Olvídate de la Esteban y la Preysler, busca otra pareja —concluye en tono autoritario.
Cuelgo el teléfono, me meto distraídamente el dedo índice de la mano izquierda en la nariz mientras tecleo en Google “Belén Esteban” con el de la derecha y resulta que sale en la Wikipedia
(...)
Compartimos el 90% o así de nuestro capital genético con un gusano, el elegans, lo que quiere decir que habría bastado con que los genes hubieran caído de otro modo para que usted y yo fuéramos las lombrices de nuestro jardín y, las lombrices de nuestro jardín, nosotros. De modo que menos humos.
Querido redactor jefe, después de haber citado a Verlaine, a Rimbaud, a Truman Capote y a Sándor Márai con la naturalidad que se ha visto y en un espacio tan breve, ¿serás capaz de decir que este artículo dedicado a la incompatibilidad aparente entre Isabel Esteban y Belén Preysler no es un artículo culto, digno de las mejores páginas de EL PAÍS? No lo creo.
De modo que le pongo el punto final, lo firmo y te lo envío. A ver si tienes güevos para no publicarlo."
Lo anterior es parte de un artículo que me ha hecho sonreír y hasta pensar con la fina y a veces no tan fina ironía de mi admirado Juan José Millás, publicado el 2 de agosto en El País con el título A ver si tienes "güevos". Merece la pena leerlo entero para desengrasarnos de tanto desánimo y triste economía.
Además me he informado un poco del dichoso gusano y resulta que tiene un tamaño milimétrico (como los cerebros de algunos políticos), anatomía de extrema simplicidad (idem al anterior), reproducción peculiar (ahí nosotros éramos más vulgares, ahora no tanto), hábitos muy simples (para algunos humanos del sur de Europa: olimpiadas, fútbol, toros y olé)....menos mal que el gusanito se llama elegans.
También compartimos no sé cuántos genes y secuencias de proteínas con la mosca del vinagre, así que ¿tenemos algún derecho a creernos los dueños del mundo?
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